Desde hace meses atrás venimos asistiendo a una reorganización de la ultraderecha sevillana. Empezaron por una web, ahora son varias webs, regencia de un bar y una especial dedicación a actos "culturales" como presentaciones de libros, que son las que están proliferando últimamente. Y, como no, las consiguientes palizas en la calle, que también se han producido y que están ahí para advertirnos que podemos volver, si nos descuidamos, a la Sevilla de hace 15 años, donde los nazis y fascistas campaban a sus anchas.
El gobierno bipartito de Sevilla (PSOE-IU) no sólo no ha movido un dedo contra la reorganización del fascismo sevillano, sino que ha cedido gustosamente las dependencias municipales de algunos centros cívicos como La Buhaira o Los Príncipes. Solamente con esto, bastaría la dimisión por acción u omisión del responsable del área de Participación, en manos de IU. Es un escándalo que el fascismo sevillano disponga de centros públicos, cedidos por esos "sociatas progres" y "rojos" que tanto odian. ¿No es colaboración este tipo de actitudes con la reorganización de la extrema derecha sevillana mientras se hostiga y se persigue cualquier manifestación y acto antifascista por parte del mismo ayuntamiento, véase la manifestación por Carlos Palomino en Sevilla?
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