http://www.antitauromaquia.es/“El toreo es cultura”. Si se alude a las costumbres de una época o un pueblo, efectivamente el toreo es cultura, como cultura eran, también los combates a muerte entre gladiadores y no hay razón para defender la pervivencia de tan bárbaras costumbres. Pero si por cultura quiere entenderse el afinar las facultades intelectuales, nada hay de cultura en torturar y matar animales. Y que algunos personajes tenidos como cultos sean defensores de las corridas tampoco significa nada. Se puede ser profesor de ética por las mañanas, y despreciable estafador por las tardes.
“El toreo es arte”. ¿Se refiere a haber servido de tema a diferentes artistas? También se han realizado espléndidas obras sobre las guerras o el martirio de los santos, y no por ello son costumbres a conservar. Ahora bien, si por arte se entiende la habilidad para hacer una cosa, torear puede ser un arte, lo mismo será arte pilotar una moto, arte levantar una pared de ladrillos, arte robar carteras y arte practicar la tortura china.
“El toreo es tradición”. En la actualidad nos horroriza la tradición de algunos países africanos de extirpar el clítoris a las niñas. También hemos oído hablar en el pasado de otras prácticas monstruosas como la quema de herejes, o la esclavitud. Por ello el argumento de que algo por el simple hecho de ser tradición merece ser conservado, carece de cualquier fundamento.
“Sin el toreo, desaparecería el toro”. Como el ecologismo está de moda, los taurinos se fingen hipócritamente conservacionistas. Pero, del mismo modo que hoy se preserva al lince Ibérico, o a la vaca Tudanca, nadie consentiría que el toro de lidia desapareciese. En Polonia, por ejemplo, se conservan manadas de bisontes, que la Comunidad Europea vela con exquisito mimo, pese a que no renten beneficio alguno. Intentar salvar la permanencia de una especie, torturándola y asesinándola no es la mejor de las formas.
“Hemos creado una raza; la raza de lídia”. Si, ya. Como todo dentro de este mundillo, inventos del tebeo. Varios documentos indican que esta "raza de lídia" es totalmente inventada y manipulada.
“El toreo genera mucho dinero”. Dinero que sale de nuestros impuestos para lucro de ganaderos, aristócratas, terratenientes, apoderados, empresarios y toreros de fama. Millones de euros que se desvían incluso de las subvenciones europeas. Por cierto, también genera mucho dinero el contrabando de armas o el narcotráfico.
“El toreo crea puestos de trabajo”. De los toros sólo vive un puñado de gente. Después del reparto millonario entre empresarios y toreros, los demás trabajadores malviven con sueldos míseros que no incluyen cobertura social, por lo que se dedican a ello de forma esporádica. Los sastres y armeros, no necesitan de la “Fiesta” para seguir ejerciendo su oficio. Lo mismo sucede con los ganaderos: No hay diferencia mayor entre criar toros o vacas lecheras. Sólo quedan los toreros, que no son tantos, y pueden dedicarse como el resto de la gente, a vivir de un trabajo digno, y no de la tortura de animales.
“Pero si el toro no sufre!!”. Claro. A ver si entiendo. ¿Que le dan con la puya, le clavan las banderillas, lo atraviesan con una espada y lo rematan con una puntilla... y no le duele? que le cortan las orejas y el rabo en vivo... ¿y todavía tenéis narices de argumentar de que el toro disfruta? ¿Y para ello tenéis que comprar a un pseudo-veterinario para que os de la razón?
“El toro de lídia goza de una vida regalada”. Dicen los taurinos que los toros bravos llevan una vida regalada. Que durante los cuatro o cinco años que viven antes de morir lo hacen a todo plan, bien alimentados y mejor tratados, y que sólo al final, durante la lidia, pueden sufrir un poquito durante apenas quince minutos. Una vida envidiable, vaya. En primer lugar, no gozan de una vida regalada, más bien al contrario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario