
Así lo expone un informe de Europa Laica que desglosa las diferentes aportaciones estatales a la Conferencia Episcopal, denunciando así que “esta transferencia de fondos públicos” es la prueba de que “España es un estado confesional encubierto” y “la separación Iglesia-Estado todavía es una quimera”.
Yo nunca he puesto la X en la declaración de la renta, y viendo esta noticia menos aún.
A través de la X en la declaración de la renta, es decir, el trasvase del 0,7% del IRPF a la Iglesia –y el Estado se presta aquí a actuar gratuitamente de recaudador- los obispos obtuvieron 241 millones. Incluso si el contribuyente marca la casilla de “fines sociales” una buena parte, más de 100 millones de euros, va a parar a las organizaciones caritativas de la Iglesia.
La asociación laicista ha elaborado su informe a partir de datos de la Agencia Tributaria, el Ministerio de Asuntos Sociales, el Ministerio de Educación, las consejerías de las Comunidades Autónomas, sindicatos y patronales de la enseñanza, así como la propia Conferencia Episcopal y algunas de sus 60 diócesis, si bien advierte de que conocer los datos exactos es difícil ante “la falta de transparencia en las cuentas de la Iglesia católica y la opacidad de las Administraciones Públicas sobre dicha información”.
Estos señores no tienen vegüenza, muerden la mano que les da de comer; pero más aún, este gobierno, al que yo voté, tampoco tiene vergüeza, y lo digo fuerte y claro. España, según la Constitución es un Estado aconfesional.
No hay que subvencionar a la iglesia, que se subvencionen ellos mismos, que paguen el IBI de sus propiedades como yo lo pago de las mías, que paguen impuestos como yo los pago.
Estos no van a ir al cielo: "es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos" (lo dice la Biblia)
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